sábado, 1 de noviembre de 2014

Punk

Este mundo es inauténtico, y sin embargo sus espejismos siguen siendo mi gran perdición.
Sigo confiando en el amor, aún luego de la guerra.
Sigo confiando en el hombre, aún luego del abandono.
Tengo el hambre de un lobo solitario, sin manada, y sin siquiera voz para el aullido.
Tengo la ausencia hecha carne, la soledad me esta atravesando como una daga el corazón.
Perpleja por tanto no, por tanta burla, por tanta cosa ajena.
Por sentirme aparte de la historia real.
Finjo momentos de alegría. Pero internamente se lo destruido que esta todo, como para poder gozar de esa dicha.
Cansada y agrietada. Mi piel, mis costillas, mi mirada, mis manos, mi cuerpo.
Todo en mi se desvanece, dejándose ganar por la oscuridad de las noches, y los días apagados.
Parece ser que este invierno no cesa y la llama interna sigue apagándose sin poder evitarlo.
Acostumbre a mi alma a pedir imposibles, a vivir sobre una tierra mentirosa.
Un pacto con el olvido pareciera ser mi vida.
Todos olvidan quien soy, una vez que logran conocerme.

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