domingo, 28 de diciembre de 2014

Un día rengo

Y en qué lugar habrá consuelo para mi locura? Y esta ironía con que se cura, si el final es en dónde partí....
A mi corazón que ya rebalsa de mi pecho...A mi gran amor, al que he sangrado de utopías, de locuras, de agonías, que más se...Yo no tengo la respuesta de porque los trate así.
Recuerda que un guerrero toma todo como un desafío.
Y ahora solo un camino he de caminar, cualquier camino que tenga corazón.
 Sabes que el mundo no es mejor
si no hay una razón para dar un paso al frente.
Y si ser es caer en el error,
sabrás que ser feliz lastima algo siempre.

jueves, 25 de diciembre de 2014

A solas

Un saludo, una manera tenue de presencia.
Tal vez sea su estilo, su conformidad, su manera incompleta de transmitir sentimientos.
Un inconcluso en este mundo lleno de medios términos. Y yo aferrada al deseo de tener ese medio tipo a mi lado.
Sigo aún rastreando mi lugar luego de esta gran soledad. Todos los espacios están llenos de mi, llenos de mi voz, de mi piel, de mi mirada, de mi presencia. Y marca en la sombra que proyecto la falta, la ausencia, la pobreza emocional de tener mucho más para compartir y nadie dónde dejar todo ese caudal hermoso.
Que vacío se siente cuando se tiene más charlas de interés, risas o bromas guardadas, momentos que aceleren el corazón, y que no haya ni un alma que lo vea.
Curarse de soledad es algo innovador, algo que me convoca hoy. Un dolor duro y profundo, una herida que se abre a cada minuto, a cada hora, a cada segundo que nadie toca a mi puerta.
Después tenes los llamados diciéndote que te encerras, que te ven cortada. Pero como lo evitas?
La soledad es una aguda espina que se mete en el alma de uno, y que estropea la ilusión que siente uno por vivir, y le roba el coraje de afrontar con la cara en alto, la sonrisa intacta y el cuerpo libre a cualquier ser humano.
Y a veces no existen culpables, pasa por nacer donde uno no lo debería haber hecho, por las amistades desencontradas, por el carácter y la falta de paciencia, por ser uno no del modo que no se debe ser, hablar o sentir.
En definitiva estar sola, sentirme sola, después de tanto tiempo deja de ser una elección para ser un profundo sufrimiento.

domingo, 21 de diciembre de 2014

Alma desencantada

Porque decir que si, porque decir que no.
Pensar antes de responder, darle vueltas mentales a algo es un secreto que comienzo a develar.
No tengo miedo a lo que todos temen, no siento dolor en las decisiones, aunque luego indefectiblemente lo sienta.
No me gusta quejarme, pero me siento inquieta cuando ya no encuentro los motivos que me llevan a hacerlo.
Siento soledad, desabrigada mi alma, siento que el invierno es la estación estancada hoy en mi corazón.
Los frutos de mi ignorancia hoy son tantos que ni siquiera doy a basto para recogerlos, pero los veo y me afectan tanto, que dudo encausarlos de manera correcta.
Esta vez un desamor me dejo en cero. Sin respuestas, sin efecto, sin causa, sin búsqueda, sin pasos por dar.
Que terrible congelarse por tanto desencanto.
Que duro que es volver a sentir y al instante tener que dejar de hacerlo. Es como subir a una montaña muy alta y por un tropiezo de nuevo estar debajo, con el dolor de esa caída tan destructiva.
Y quedarse con las preguntas, las ilusiones, los momentos soñados, el amor dulce, los abrazos y besos a punto caramelo, la piel brillosa, el cuerpo entusiasmado.
Para dejarlo todo sin estrenar, bajo el desuso.
Y este sentimiento tan terrible de no ser correspondido.

sábado, 6 de diciembre de 2014

Sin servirte más

Sin servir más.
Quiero ser alguien totalmente que no sirve, no por ello estoy diciendo ser una inútil.
Útil pero sin el afán de utilidad conocida desde el uso.
Úsame desde lo etéreo, úsame desde el sentido, desde la imaginación, úsame y sosteneme en otro lugar, aquí hay mucho olor a mentira.
Un mundo atravesado por esteticismo, exitismo, capitalismo, y todo lo asociado a los ismos.
No soy un ser objeto, no soy una mina o una mujer, o una no. Soy alguien ya no uno.
Desde que te fuiste me quede con ganas de decirte más cosas.
Desde el vacío me salen los contenidos y las ideas.
Desde la nada que tengo, siento que puede haber más todo.
Desde que rompimos, encontré reparaciones, reparos, lugares más adecuados a mi sensación.
Te vas y sin dudas con vos vienen mis voces internas.
Pero ya no te sirvo, ni me servís, ya no somos siervos de Dios, ni de nadie.
Hoy la libertad nos exige algo más que ser bellos e útiles para algo o alguien.

domingo, 30 de noviembre de 2014

Mi Cabeza la distorción

La multitud de las ciudades, y su deseo de borrar el sentimiento de soledad del ser humano, es algo incesante, pero inútil por donde se lo mire.
Cuanto más olas y movidas multitudinarias se hagan, la sospecha de que uno esta allí solito y sin el apoyo del otro, suele ser inevitable, y cuando uno seriamente se lo pregunta, suele caer en lugares de angustias insufribles.
Pero a veces en los pequeños grupos, o en la poca gente, en la mínima expresión de seres se encuentran puertas hacia estadíos llenos de felicidad y de gratitud.
Atravesemos esos pequeños poblados, aún viviendo en una ciudad repleta de slogans y de amarillismo barato.
Se puede resolver lo desafortunado con charlas, con miradas distorsionadas a lo que se lee, escucha o se dice.

sábado, 22 de noviembre de 2014

Consejos, burlas y soledad

Estoy nuevamente en esta sintonía impensada a esta altura de mi vida.
Un cóctel entre consejos, burlas y soledad. Y una musiquita carcomiéndome los sesos uno a uno.
La madeja a desentrañar provocada por este gran dolor y gran conflicto, no es precisamente la lección que nadie quiera o pueda elegir.
Todos te dicen hacia dónde ir, pero cuando te das vuelta te borran las señales. Y trasca que te perdes, inevitablemente, luego te acusan de perdida.
Ya no quiero llorar frente a la mierda, porque siempre en la mierda hay olor a muerte.
Tengo los pies atrapados en una trampa perdida, en una trampa con color de ruina.
No se más hacia dónde ir, no tiene el cielo un lugar dónde yo pueda meter tanto dolor.

domingo, 16 de noviembre de 2014

Distancia

No hay peor distancia que aquella que se da entre lo externo y lo interno.
Cuando todo el adentro es tan distinto a todo el afuera se producen infelicidades y hombres remotos, muy remotos a ser aquello que sueñan o soñaron para ellos mismos.
Permitirse esta distancia nos hace realmente seres inútiles a este paso terrenal. Hay que tener mucho coraje para acercarse a cada sueño, a eso tan nuestro y dónde nadie tenga injerencia.
Frecuentemente uno escucha gente conforme, aceptando, buscando la aprobación del exterior. De lo que esta fuera del alcance de sus posibilidades.
Nunca escucho una aprobación interna, una aprobación nuestra netamente desde las entrañas, ni un centímetro más que desde nuestro eje central.
Que haremos para apartarnos de este designio social, de estos mandatos, de estos carteles, publicidades, de ese maldito ¿qué dirán?
Cómo serán nuestros días desde ahora en adelante? Si no hay lugar donde vayamos que no exista la mirada punitiva de la society, de la tinellización de la cultura, de la vanguardia de la boludez?
Quedan aún instantes, lugares, personas, miradas, o algo que aún no se como definir, donde ser uno mismo es lo que vale, y definitivamente es lo único que importa.

domingo, 9 de noviembre de 2014

La ilusión

De vez en cuando reaparece la ilusión estropeada por realidades lúgubres.
Y aparece precisamente sin pedir permiso, sin anunciarse. Simplemente Aparece.
Me llena de alivio esta tan mencionada aparición. Pero me desespera muchísimo cuando la descubro como tal.
Descubro, digo si, descubro, y con profundo dolor, que todo es innecesariamente imaginario, y se esfuma entre mis brazos cualquier visualización al respecto.
Sentirme rodeada de vacíos, de preguntas sin respuestas, o con no cerrados. O con obligadas misericordias despreciables.
Sentirme así me desilusiona, y termino agotada en el piso mirando las estrellas, aferrada a una nueva ilusión.
Y así giro hasta marearme de nuevo alrededor de la mentira.
Necesito alguna realidad llena de verdades que me de respiro.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Nada y todo, se presentan, se dan intenciones, se seducen, se miran, y a veces se ignoran.
Son de diferente apariencia, pero están en los extremos y eso los hace iguales.
Nada se anula, no se ofrece, se queda. Todo sin embargo, arrebata, va para el frente, arriesga y termina, en ese arriesgar en la Nada.
Y Nada gana sin asombrarse, sin festejar, sin más que eso.
Un montón de Nada.

domingo, 2 de noviembre de 2014

Fea

Cuando exista un ser solitario en la tierra, sumamente feliz. Ese día creeré que estar sola es realmente positivo y real.
La belleza de la actualidad, la inmediata de hoy, se me agoto y ya no queda stock para ir a comprarme otra.
Es la que hay, es la que tengo, me puse en oferta, hasta gratis y aún así se han rehusado a llevarme.
Lúgubre mi mirada, pálida mi piel, mi lengua seca, mis huesos desnudos, mi carne blanda.
Cómo alguien tan descolorido puede llegar a ser feliz nuevamente?

sábado, 1 de noviembre de 2014

Punk

Este mundo es inauténtico, y sin embargo sus espejismos siguen siendo mi gran perdición.
Sigo confiando en el amor, aún luego de la guerra.
Sigo confiando en el hombre, aún luego del abandono.
Tengo el hambre de un lobo solitario, sin manada, y sin siquiera voz para el aullido.
Tengo la ausencia hecha carne, la soledad me esta atravesando como una daga el corazón.
Perpleja por tanto no, por tanta burla, por tanta cosa ajena.
Por sentirme aparte de la historia real.
Finjo momentos de alegría. Pero internamente se lo destruido que esta todo, como para poder gozar de esa dicha.
Cansada y agrietada. Mi piel, mis costillas, mi mirada, mis manos, mi cuerpo.
Todo en mi se desvanece, dejándose ganar por la oscuridad de las noches, y los días apagados.
Parece ser que este invierno no cesa y la llama interna sigue apagándose sin poder evitarlo.
Acostumbre a mi alma a pedir imposibles, a vivir sobre una tierra mentirosa.
Un pacto con el olvido pareciera ser mi vida.
Todos olvidan quien soy, una vez que logran conocerme.

viernes, 24 de octubre de 2014

Revivir

Inventarse de nuevo, perderse en un nuevo sol. Salir a ver la vida de nuevo.
Creer en todo lo que ayer fuera pura desilusión. Romper el pasado a fuerza de vivir al extremo este presente.
Darle pinceladas de alegría a un alma agotada de bajones.
Conectarse al cielo, a los momentos del día. A las charlas con amigos, al suspiro por belleza, a la complicidad de una mirada.
Descubrir más allá de una palabra dicha, de una señal expresada. Aquel hueco que vemos en lo que no se dice o hace.
Resolver fácilmente lo que algunos enmarañan.
Ser feliz aunque duela atravesar lo previo.
Cruzar los dedos para poder estar con esa persona que amas.
Reducirse a un niño para sentir tanta dulzura, que nada ni nadie pueda opacar esa pureza del corazón.
Rozar con la piel, crecer el sueño, dejarlo volar.
Volver a vivir todo el tiempo, a cada rato, en cada momento del día.
Revivir.

domingo, 5 de octubre de 2014

En algún lugar te espero.

Bajarme del globo. De ese artefacto que me mantuvo flotando por largo tiempo. Y sin saber ahora como seguir.
Caminar en la tierra siendo ballena, respirar con los pulmones, y pensar en la gente, en vez de mi soledad.
Cómo se hace para estar presente siendo que tantos años estuve ausente?
Cómo ser feliz, o conectar a los sentimientos realmente, cuando todo en mis inicios se conecto desde lo imaginario?
Un padre invisible, una madre ausente, un contexto demasiado precario para ser un "puto" realista.
Y ahora el presente me demanda felicidad, me demanda algo interno resguardado por años. Resguardado por temor, por daños, por dolor.
Hoy comienzo a ser algo más parecida a la que soy en verdad.
Pero sin embargo aún no me armo. Recién me encuentro dando mis primeros pasos en la tierra. Aprendiendo a sentir mis pies conectarse a mi cabeza decir hoy, ni ayer ni mañana.
Y mirar lo que pasa en la realidad, conectarme desde lo terrenal.
En el globo, el lugar que conozco. Hoy en la tierra, dónde viven los que me esperan.

sábado, 4 de octubre de 2014

Hay gente que vive preocupada por no dejar rastros de sus verdades. Y otras que luchamos por sacarlas a la luz de la mejor manera.
No se puede subestimar al amor, ni evitar dolor dónde se ha producido una rotura.
Es imposible reprimir la libertad de sentir tanto tiempo. Un cuerpo no lo tolera sin tortura tanta tensión.
Ojala que mis palabras, mi dulzura, y mis caricias llenas de amor, hayan sido la calma necesaria para tomar decisiones furiosas. Decisiones que saquen la tormenta y traigan el viento que arrasa con esa nada que es aún hoy.
Ojala que nada haya sido en vano, y que la vida sea un festejo. De este amor nacido de manera incorrecta, pero con total contenido y profundidad.

viernes, 26 de septiembre de 2014

Desde que mi corazón conecto a tu profundidad, desde que mi corazón no deja de sentirte, siento que tu ausencia me debasta.
Te amo sin conocerte. Te amo al verte. Te amo sin explicaciones y sin razón.
Quiero volver a sentir un abrazo pero desde vos hacía mí. Que sea tu cuerpo el que me traiga este amor que llevo cargando hoy yo sola.
Y seguro que existen argumentos para tildar todo esto de incorrecto. Pero mi amor es demasiado libre para matarlo solo a silencios.

domingo, 21 de septiembre de 2014

Padres terribles de músicos geniales

 

 Por José Pablo Feinmann
Si el Antiguo Testamento presenta la figura de un dios castigador de pecados, no hay que asombrarse que muchos padres duros surgieran en la historia para aplicar esa dureza a sus hijos. Así, los echarían del Paraíso, no del que el Padre fundante echó a Adán y Eva, sino del supuesto paraíso de la infancia, un paraíso lleno de sucesos horribles. Se sabe: la crueldad del dios fundante abandonó a sus hijos a la tentación. Eva fue tentada al pecado por la serpiente del Mal, que era el Diablo disfrazado, y comió del fruto prohibido.
(Nota: Resultará tal vez interesante un breve repaso por los distintos nombres de este importante personaje: fue llamado el Diablo desde la Antigüedad hasta el cristianismo primitivo; Satán, en la temprana tradición de los cristianos; Lucifer, en la Edad Media; Mefistófeles, durante la Modernidad, tal como es posible comprobarlo en el Fausto de Goethe, que, conjeturamos, recibió Su ayuda para escribir tan magnífico libro. También, en la Biblia, Belcebú, Belial, El Maligno, Abadón o Apolión. Ofreceremos seguidamente Su nombre en los versículos que ofrece Matías: Satán, Matías 4:11. Príncipe, Matías 12:24. El Maligno, Matías 6:13 y Belcebú, Matías 10:25. Abadón se le dice en Apocalipsis 9:11. Y Belial en Corintios 6:15. También se le dice Abadón en una mala novela de Sabato, motivo por el que tal vez Abadón sea el más desdichado de Sus nombres. Lo nombramos, toda vez que lo hacemos, con mayúscula porque Él es, sin más, Dios. Esto lo tratamos en otros libros. Ver: “Dios es ateo” en mi próximo libro de cuentos Bongo, Infancia en Belgrano R y otros cuentos y nouvelles.)
Sin embargo, ¿quién fue el Creador del Mal? Dios. ¿No debía contener Dios una gran parte de esa sustancia (el Mal) para crear al Diablo? Desde luego. Satán es creado con sólo una parte del Mal que radica en Dios. “Luego de Aschwitz”, dirá Karl Löwith, “es imposible imaginar una divinidad por completo bondadosa”. Esa figura omnipotente y poseedora del Bien para escarmentar al Mal va adquiriendo distintas figuras a lo largo de los años. La primera es la del Dios judaico. El Levítico es estremecedor. Empieza así: “Yahvé llamó a Moisés y le habló así desde la Tienda del Encuentro: ‘Di esto a los israelitas’” (Biblia de Jerusalén, pág. 121). Y termina así: “Pero si no escucháis y no cumplís todos estos mandamientos; si despreciás mis preceptos y rechazáis mis normas (...) también yo haré lo mismo con vosotros. Traeré sobre vosotros el terror, la tisis y la fiebre que os abrasen los ojos y os consuman la vida. Sembraréis en vano vuestra semilla, pues el fruto se lo comerán vuestros enemigos; os tiranizarán los que os aborrecen y huiréis sin que nadie os persiga” (Levítico, 26/17), Biblia de Jerusalén, pág. 151).
Esta figura del Padre no es cuestionada en el Nuevo Testamento, que acepta en bloque al Antiguo. Así, bien autorizado, si se me permite este abrupto salto temporal, se habrá sentido el padre del pequeño Mozart para tiranizar y explotar a su hijo a través de las cortes de Europa. Primero creyó que habría de ser la hermana del pequeño Wolfgang la que habría de rendirle esos frutos, hasta que escuchó a su hijo tocar algunas composiciones. Cambió de idea. Wolfgang Amadeus era un genio y ese genio debía expresarse en la insondable faltriquera de su padre. Wolfgang pasó su infancia deslumbrando a la nobleza europea con su capacidad para improvisar. Si Leopold fue la pesadilla de Wolfgang se dice que Wolfgang fue la de Salieri, aunque ahora se niega, lo que ha permitido editar música de Salieri que –según creo– lejos de desmentir la tesis de la enfermiza envidia de éste por Mozart, la confirma.
La imagen de Leopold Mozart ha consolidado –en casi todas las formas del arte– el concepto del padre despiadado, astuto y expoliador. Mayor desdicha, sin embargo, le tocó a Beethoven. Leopold era un padre frío y calculador. Explotaba a su hijo como un capitalista de Manchester a sus obreros, pero al menos no era alcohólico y no lo castigaba. El padre de Beethoven intentó hacer de su hijo otro Mozart. Pero el niño Ludwig no tenía las precoces y asombrosas dotes del niño Wolfgang, motivo por el que su padre decidió transformarlo en un Mozart a golpes y otros rigores. Por ejemplo, levantarlo de su cama en horas de la madrugada para que interpretara piezas para sus amigos de farras. Si lo hacía bien, volvía íntegro a la cama. Si no, el viejo avaro y brutal lo castigaba. Se dice (y es muy posible) que los castigos que Ludwig van recibió durante esa infancia terrible provocaron su sordera. Esa sordera le impidió escuchar su Novena sinfonía. Un sordo puede componer, la música suena dentro de su cabeza, pero no puede escuchar.
Friedrich Wieck, el padre de Clara Schumann o Clara Wieck, se opuso tenazmente a la relación de su hija con el genial Robert. No dudaba del genio de Schumann, pero además de tener genio, ¿qué tenía? Nada. Imaginaba para su hija algo mejor. Ella era una mujer exquisita, notable pianista y compositora. Fue víctima de los prejuicios de su época, pues se juzgaba a sí misma comparándose con Franz Liszt y solía decir que nunca llegaría a tocar ni componer como él. Que ninguna mujer había compuesto algo que valiera la pena antes que ella, ¿por qué habría entonces de hacerlo? Bastará con escuchar su bello Nocturno Op. 6 Nº 2 para advertir que se equivocaba. Pero no eran tiempos en que las mujeres compitieran con los hombres en tareas que solían estarle dedicadas: la creación musical, desde luego.
El mismo Liszt alentó a Clara a dedicarse con esmero y convencimiento a la composición, incluso le dijo que no tenía por qué envidiarlo, que su arte en el piano era tan bueno como el suyo. Clara Schumann respondió con siete hijos y dedicó –luego de declararse la locura de Robert– su vida a difundir la música de su marido y a cultivar una hermosa amistad con Johannes Brahms. Esta amistad, este encuentro entre dos seres extraordinarios que deciden la creación del amor en el modo de una amistad imperecedera, tal vez sea la más hermosa de sus creaciones. Debe haber sido –quién podría dudarlo– una mujer formidable: gran pianista, compositora de talento, madre fecunda y depositaria de la devoción de dos hombres inmensos, Schumann y Brahms.

viernes, 19 de septiembre de 2014

Estar vivo

El estar vivo, que será? Quién tiene o lleva su definición cercana a lo real?
Hoy una mujer torpe muy torpe, me dijo:- Te volviste a enamorar, estas viva.
Y le comente que siempre lo estuve, que no se resume el estar vivo a un estado anímico o a ser un simple transmisor de deseos, alegría y belleza.
El estar vivo es precisamente preguntarse por el sentido de la vida todo el tiempo.
El reflexionar, el alegrarse, el llorar, el lamentarse y volver a la búsqueda de la vida. Es el permanente conectar.
Me dolió estar expuesta al juicio de una mujer que nunca mira el sol, que solo lo toma. Nunca lee libros solo revistas de moda. Nunca mira a los ojos, solo al pelo, a las manos, al cuerpo. Me dolió somerterme al juicio de alguien que no conecta a la vida desde lo vivo o natural, sino desde lo superficial.
Estar vivo no se reduce a sentir amor, o a sentir deseos sexuales, o a estar todo el día riéndose de todos y todo.
Estar vivo es basto, es pleno, es búsqueda, es pregunta abierta e infinita.
Estar vivo tal vez sea, lo que nos lleve durante toda nuestra vida seguir aprendiendo.

sábado, 30 de agosto de 2014

La práctica me cuesta, cuando todo en el camino es adverso, enemigo y sombrío.
Me juzgas y con un dedo inquisidor me marcas lo que debería ser,
pero vos que sos? Si nada pudiste recuperar de lo bueno que había aquí.
El retrato de nuestra perdición se debería llamar este cuadro agónico de nuestra falta de amor.
Qué te pasa cuando me vez y queres cambiarme?
Cuánto te cuesta entender que yo no soy a tu imagen y semejanza?
Qué pobrecitos somos, nada supimos a la hora de juntarnos.
Nos perdimos en este bosque de crueldades, nos dejamos caer, derrotados por la falta de sinceridad.
Seguramente la vida nos encause a otros mares, pero tenemos algo que nos unirá a desgano.
Cuesta mucho desprenderse de una historia con tanto contenido y con tanto por lo que seguir.

jueves, 7 de agosto de 2014

sábado, 2 de agosto de 2014

Desilución sin medicina

A veces acostumbro a mirarme al espejo y hacer morisquetas. Lo hago para sacarme el peso de la timidez.
Tengo ciertos momentos del día en que la nostalgia y la angustia me juegan malas pasadas, y otros que recuerdo cuando me hamacaba muy fuerte en la plaza de la casa de mi vieja.
Y cierta vez recuerdo, que escuche por ahí, que el amor de la vida, pasa solo una vez, y las otras son intentos torpes de igualación.
Otras veces, ya no se en que creer.

domingo, 18 de mayo de 2014

Mafalda y la violencia argentina

 Por José Pablo Feinmann

Mafalda nace en 1964 y deja de publicarse el 25 de junio de 1973. Las precursoras de la niña tierna, inteligente y politizada de Quino se encontrarán en La pequeña Lulú. Sobre todo, postulemos, en Lulú. La niña de Marge –que es su discutida autora– no se ocupa de política ni parece tener una gran inteligencia. Su amigo Tobi, menos. Tobi pertenece al mundo de los varoncitos. Hacen una casita en lo alto de un árbol y ponen un cartelito que enuncia: “No se admiten mujeres”. Las aventuras de Lulú son muy ingeniosas y aún hoy –veteranos como nosotros– podemos leer con placer algunos de sus comics. No sólo por nostalgia de los tiempos lentos y hermosos de nuestra infancia, sino como genuino entretenimiento. Los comics son un arte descollante. Literatura dibujada, como había sentenciado Oscar Massota en los sesenta y con gran penetración e ingenio. Los otros antecedentes de Mafalda, sin tener la fuerza de Lulú, son Periquita hace lo que puede y esa obra maestra de Bataglia, María Luz, con su pancita al aire y su desbordante inteligencia. Ninguna como Mafalda, en la opinión de muchos. Que comparto.
La niña de Quino es una libertaria que no cesa de pedir paz, amor y no violencia en el mundo convulsionado de los sesenta. (Pensemos, muy especialmente, en la guerra de Vietnam.) Pero Quino, a través de Mafalda, expresas sus ideas, muchas de ellas agresivas con el establishment. Por ejemplo: Mafalda está por entrar al colegio. Agarra un metro y se mide la cabeza. Entonces, preocupada, dice: “¿Entrarán aquí todas las cosas que en el colegio me van a meter?” Y cuando se impone el golpe brutal del cursillista Onganía, la niña, en un solo dibujo que abarca toda la tira apaisada que salía en El Mundo, dice: “Pero entonces todo eso que me enseñaron en el colegio...”. Sí, Mafalda, son versiones interesadas que responden a la ideología de los sectores triunfadores, los del poder, los del establishment. Ellos dominan la educación y los niños argentinos se han educado según las ideas de las clases dirigentes.
¿Por qué Mafalda deja de publicarse el 25 de junio de 1973? A cinco días de la tragedia de Ezeiza. Ese día luminoso en que –por lo menos– dos millones y medio de personas fueron a buscar a Perón, que regresaba al país. La marcha por la autopista Richieri fue una fiesta, una caminata bullanguera. Los padres llevaban a sus hijos, algunos sobre sus hombres. Iban madres embarazadas. Y jóvenes entusiastas. Todos desarmados. Sencillamente porque no pertenecían a ninguna organización que priorizaba los fierros por sobre la política.
El palco era un reducto de asesinos. A la espera. Osinde, custodio personal de Perón, personaje siniestro, los comandaba. Pero también se hallaban ahí mercenarios de la OAS, Organización del Ejército Secreto, los torturadores de Argelia, los que habrían de instruir a los carniceros del Proceso. Los franceses. Si Roca hizo la campaña exterminadora del “desierto” con el quepí francés, los mercenarios de la OAS estaban listos para defender a Perón de la furia guerrillera, con metralletas y con la tortura. Ahí estaba Leonardo Favio, que murió sin contar nada. O casi. Total, en su desaforada obra sobre Perón, a la izquierda peronista se la saltea. Le dedica menos de diez minutos. Se sabe lo que pasó en Ezeiza. Los matarifes de Osinde descargaron su poder de fuego y el día de júbilo se transformó en tragedia. Hubo alrededor de doscientos cincuenta muertos.
Cinco días después, Quino deja de dibujar la tira de Mafalda. El, que es un hombre de gran sinceridad, dice que esa decisión la tomó porque estaba cansado. No por la violencia. Esto pasó en la Feria del Libro, en que Juan Sasturain, Liniers, Rodrigo Fresán y yo festejamos los cincuenta años de la aparición de Mafalda. Quino se sorprendió y un poco se enojó. ¿Qué tenía que ver Mafalda con la tragedia de Ezeiza? ¿Por qué venía este politizado escritor, que había colocado su gordo trasero (vulgo: culo) junto a él, a complicar a Mafalda con hechos tan desdichados? Pero no era ésa mi intención. El día anterior preparaba mi ponencia y la fecha del 25 de junio en tanto fin de Mafalda y el 20 de junio en tanto continuidad de la vieja y sanguinaria tradición argentina de la violencia me erizaron la piel. No podía ser casual. Que Quino lo niegue es importante, pero no suficiente para aniquilar mi hipótesis. Los grandes creadores saben todo sobre sus motivaciones interiores. ¿Lo saben? Se postula que no. Que nadie sabe todo sobre sí mismo. Que hay zonas a las que no llegamos. Zonas internas que determinan actos que no podemos tornar conscientes. No quiero avalar ninguna teoría del inconsciente, teoría que me parece vieja y que elimina el acto libre del individuo que permite juzgarlo moralmente, ya que él es el responsable de las cosas que hace y no su inconsciente. Si no, el inconsciente se transforma en la versión psíquica de la obediencia debida. “No fui yo, fui determinado por mi inconsciente.” Hay cosas que ignoramos de nosotros porque las bloqueamos, porque no queremos o no toleramos llevarlas a primer plano. Quino tiene el derecho de afirmar que sabe todo sobre sus decisiones y por qué interrumpió la aparición de Mafalda a cinco días apenas de un hecho criminal y violento como pocos. Ahí perdí mi juventud. Ahí Quino dejó a Mafalda.
¿Cómo la niña libertaria, idealista, tramada por los mejores valores de la condición humana, iba a emitir juicios en un país en que los juicios solían pagarse con la vida? No hay cobardía en esta decisión. Pero sin duda hubo una vacilación, la vacilación ante un país que empieza a volverse incomprensible. Mafalda no podía afrontar el terror que se desata ese día y que continuaría hasta el proceso genocida de los matarifes del ’76. Apenas cinco días después se retira de una escena que la sofoca. A la realidad –es una frase de Borges que suelo citar– le gustan las simetrías. Ezeiza y Mafalda no establecen una simetría, pero sí una relación temporal demasiado cercana como no sostener que hubo una influencia del terror de la naciente Triple A en el abandono que la niña hace de la escena argentina.
Luego de Mafalda, Quino entra en una zona sombría en que el pesimismo es hegemónico. Sólo habrá que consultar el voluminoso libro que lleva por título Esto no es todo, publicado por De la Flor en 2001. Ahí encontramos la sabiduría de Quino en su expresión más elevada. Pero la sabiduría raramente lleva al optimismo. Sería injurioso para este artista preguntarse si su visión es optimista o pesimista, se trata de categorías pueriles, sin densidad. El mundo que ve Quino es el mundo de Quino: sólo él puede verlo así, dado que sus trazos dibujan la realidad no real (construida) que surge del encuentro entre su conciencia y la realidad de la que esa conciencia forma parte, comprendiéndola. El resultado es la obra de arte que jamás refleja la realidad (prepotencia del viejo stalinismo), que jamás la reduce a un sistema de signos preexistente (prepotencia de la lingüística), ni a un sistema de producción y de relaciones de producción preestablecido (prepotencia historicista de Marx). Aquí se trata de un individuo. La conciencia del artista (pese a estar inmersa en la trama de su tiempo) es siempre el encuentro entre esa conciencia y un mundo sobre el que está arrojada (...) y al que expresará en la modalidad propia, intransferible de su arte... (J. P. F., Escritos imprudentes II, Quino, humor y contrautopía, Grupo Editorial Norma, 2005, pp. 241/242). Quino ha expresado esa colisión en trazos conceptuales, con hombrecitos sometidos a la gran maquinaria del poder, con el poder encarnado en mercancías, en hombres opulentos, en un sistema que, se ve claro, abomina. Sus dibujos son obras maestras obsesivamente trabajadas, con rayitas y rayitas que suelen producir vértigo, con una puesta magistral que sus ojos cansados no abandonaron nunca.

sábado, 17 de mayo de 2014

El camino de la felicidad

Veo planicie, en esta tierra llena de planos, llena de llanura. Nada profundo puedo sentir.
La Pampa eh así amigo. La pampa es sequía y soledad.
Busco belleza que me acelere el corazón, pero encuentro smog que me fatiga el alma.
Encima el amarillito titilando, muy brilloso todo, me produce vértigo sentirme así...Cuanto dolor y cuanta pena que nos hayamos entregado por tan poco.
Y disimulan y siguen disimulando el racismo, en libros de Marx, de Hegels, de Sartre. En libros de tipos que realmente son copados. Y tengo ganas de injuriarlos, pero me acusan y acusan de cosas no serias.
En mi celda de loca, en mi celda de sola, en mi celda, me condeno por no ser como ellos quieren que sean. En mi celda me coso la boca cada día, y me hiere a fuego cada puntada.
Me dan nauseas, me dan miedo. -Si Dios, a vos que estos chamuyeros te disfrazaron de papa. A vos Dios te lo cuento, porque entre nosotros existe alta confianza.
Pero pareciera ser que estoy y seguiré caminando por las sombras, porque las luces de esta razón no me atraviesan ni me atravesaran jamás. Tuve un pecado inicial, ese de nacer pobre y haber estudiado es algo que no se perdona fácilmente. Ese derecho arrebatado a la clase que le pertenecía naturalmente, no te lo perdonan ni si quiera los progres que nacieron con todo el viento  a favor.
Igual no todo es tan dark, si si se parlotear algunas cosas en ingliy. Británico y del buenooo. Aunque algunos no disimulen el asco, y se sonrían con algún que otro defecto, yo sigo haciendo la mía.
Y la mía es ser feliz, no hay otra chance cuando tenes clara esa meta.



sábado, 3 de mayo de 2014

La libertad del alma muchas veces nos arroja al vacío de la soledad.
Somos pájaros algunos, tantos hombres como mujeres, que nos cuesta fijar nido.
Ya se verán mis ojos en un entusiasmo tan indecifrable como el que hoy es tan solo un recuerdo.

jueves, 1 de mayo de 2014

La mejor forma de liberarse del mal es ponerlo en el otro y luego matarlo...Muy actual...JPF.

domingo, 27 de abril de 2014

Bravas muchachitas

La mejor lucha que una mujer puede dar contra los vestigios de los super machos con super poderes e impunidad. Es sin duda, no caer en el lugar común en que se encasilla a la mujer por estos días.
El prototipo de belleza artificial que nos quieren imponer. El alejamiento del arte, el deporte, la sencillez.
No seamos boludas, ¡por Dios! Hubo mucha sangre derramada para que hoy nos pongamos de lado de los tipos rudos, estos que le decís que no los queres más y se te ponen a llorar como esas mariquitas que tanto repudian.
No voy a dejarle a ningún hombre atropellar mi manera de ser, quizás a simple vista poco femenina. Pero que con el correr del tiempo se vuelve sorprendente y sofocantemente femenina. En el modo dulce de pedir amor, en el oler una flor, en el leer un libro, y en la interpretación vía sentimientos de lo que sucede en el mundo.
Se es mujer por la forma de hablar, de mirar, de esperar. De andar. No se es mujer, por matarse a sesiones de belleza artificial o por entablar como únicos temas de conversación el estándar propuesto por revistas mujercisimas.
Se es mujer tanto como se es hombre, por una cuestión del corazón y la cabeza, y no por la mirada punitiva de la sociedad.
Avanzamos tanto, que al mínimo retroceso que noto que se quiere dar en este terreno, me duele el alma. Me duele las luchas, me hacen sentir más alerta y más en pie de guerra que nunca.
Sigamos siendo bravas muchachitas.

domingo, 20 de abril de 2014

Linchamientos en la literatura argentina

         

 Por José Pablo Feinmann
Como la literatura, en sus orígenes, la escriben los cultos, las víctimas son ellos. Ningún culto, en el siglo XIX, escribirá el sacrificio de un pobre, de un bárbaro, ya que los cultos no son de linchar. Los cultos vienen a traer al país lo contrario de esa práctica deleznable. Los cultos tienen su espacio en la ciudad y la ciudad es el esprit de finesse, el lugar de los buenos modales, de la vida civilizada. El unitario de “El Matadero” se da de boca con su tragedia porque, precisamente, ha equivocado su camino. Tenía que ir a la ciudad, ese lugar al que él pertenece, en que es respetado, en que nada puede pasarle, y equivoca sus pasos. La historia de Echeverría es la historia de un extravío, pero no de los habituales sentidos con que esta palabra se usa. Se sabe que un extraviado puede ser un loco. Para no abundar en ejemplos, digamos: un hombre que ha perdido el camino de la razón. Así le sucede al unitario. Si bien, en una primera lectura, su extravío es territorial: equivoca su camino y termina en los parajes del matadero y no en los de la ciudad, en ese mismo extravío sale de la razón y entra en la barbarie.
Echeverría narra con mucho detalle el padecimiento del joven, la humillación a la que es sometido, su orgullo que nunca cede, la alegría de la “chusma”, la sangre que se derrama en ese matadero que no sólo es de bestias sino de seres humanos también, con algún propósito. Queda claro luego de leer el cuento que la “barbarie rosina” es ajena a la conciencia moral civilizada. Una de las preguntas que deja pendiente este cuento (que es muy bueno y cumple con todos sus objetivos sin escapar de la literatura) es qué se hará con esta gente el día que triunfen los que son lo Otro de ellos. Porque, en el planteo echeverriano, no hay alternativas, ni conciliación posibles. Ese antagonismo feroz no es dialéctico. Como no es dialéctica la contradicción civilización-barbarie, no hay una superación. No existe el aufheben (superar-conservando) hegeliano que permitiría llegar a una síntesis superior conciliadora que contuviera a los dos elementos antagónicos superándolos. Todo está pensado en términos de guerra. ¿Cómo contener, encauzar todo este odio? El bárbaro es el Otro absoluto del unitario. El unitario es el Otro absoluto del bárbaro. Así seguimos aún. Los que toman-un-café-en-Tolón son el Otro absoluto del que delinque o del sospechoso de hacerlo y siempre del que tiene “cara de chorro”. Hoy se mata por la cara. Se odia la cara morocha del llamado “negro de mierda”. Este personaje, que encarna la “negritud”, es el Otro de los ciudadanos de Tolón.
La semilla que plantó Echeverría sigue viva. No lo vamos a culpar, a enviar al infierno de los culpables de nuestra historia, nada de eso. El tenía sus motivos. Seguramente el episodio que narró es cierto. Pudo ocurrir en muchos ámbitos de la Confederación de Don Juan Manuel. No perdamos tiempo: matar, mataron todos. Tampoco vamos a entrar en estadísticas. Aunque nadie ignora quién ganó la guerra civil y (también se sabe) una guerra la gana el que más gente le mata al enemigo. Y el que menos consideraciones humanitarias tiene con él. De aquí que los revisionistas que siempre han exaltado la honorabilidad de Angel Vicente Peñaloza cuando, en el Tratado de las Banderitas, devuelve sus prisioneros con vida y pide los suyos a los porteños, quienes no los tienen porque los pasaron por las armas, deberán comprender por qué los porteños ganaron la guerra. Porque no tenían consideraciones de humanidad. El honorable Chacho era un hombre bueno. Pero los hombres buenos no sirven –en general y casi siempre– para la guerra.
Cuando Chacho les dice a los hombres de Mitre, ¿no éramos nosotros los bárbaros? ¿No eran ustedes los civilizados? ¿Dónde están entonces nuestros prisioneros? ¿Es posible imaginar que los han matado? Sí, los mataron a todos. Porque los hombres de Mitre representan un capitalismo neocolonial que hará un país terriblemente injusto y subalterno. Pero Angel Vicente Peñaloza representa un orden aún campesino, aún agrario y precapitalista. El filósofo agrario Martin Heidegger elegiría a Peñaloza, en caso de poder acercársele, olerlo. Diría que es el enemigo de esa modernidad que olvidó al ser y se entregó a la conquista de lo ente. Diría que el Chacho es la tierra, que no busca arrasarla, tecnificarla. Que no es hijo de la técnica, sino que, naturalmente, sólo por su condición de campesino, está más abierto al ser. Karl Marx diría que todas esas son pavadas reaccionarias. Que el progreso es el avance del capitalismo. Y ese progreso, con todas sus atrocidades, lo representa, en la Argentina, Mitre y Buenos Aires; así como en México Estados Unidos, potencia capitalista, representa el progreso ante los hombres de Santa Ana, pues EE.UU. penetrará en esas tierras con todo su vigor histórico, acabará con el feudalismo y surgirá de esa dialéctica espléndida el proletariado y su revolución liberacionista, la sociedad sin clases.
Los textos que siguen salen siempre de plumas cultas. La refalosa, de Hilario Ascasubi, poeta unitario, feroz enemigo de Rosas, es desagradable y exagerado. La exageración de estos textos es temible porque implica una advertencia: esto que Uds. hoy nos hacen a nosotros mañana se lo haremos a Uds. tres veces peor, lo menos. Importa señalar que, si bien hay sin duda un valor de verdad en lo narrado, el odio lo ha exasperado hasta el límite. El odio de las clases dirigentes argentinas suele ser inexplicable para muchos. Aun para ellas mismas. Por ejemplo, Adolfo Bioy Casares, comentando “La fiesta del Monstruo”, del que algo renegaba, decía: “El cuento está lleno de odio. Estábamos llenos de odio bajo el peronismo”. Tiene su explicación. Lo que no se tolera es que se le discuta algo que considera propio por historia y linaje. La clase media se suma a esto y quiere sentirse tan dueña del país como los dueños de la tierra. Habrá que entender que, aquí y en cualquier parte, para un burgués tener los odios de la oligarquía es sacar patente de distinción, de clase. “Yo odio lo que ellos odian, yo pertenezco a lo que ellos pertenecen. Somos iguales.” Para los días de hoy el siguiente ejemplo es perfecto. El burgués mediocre, de vida gris, de pronto descubre al inmigrante. Lo insulta y dice a todos: “Nos vienen a robar Argentina”. De ser nada súbitamente él es Argentina. Cualquier argentino que dice que un peruano le viene a robar el país se siente, de golpe, dueño de la Argentina. La gente necesita odiar. La oligarquía –por naturaleza– desprecia y por hábito (ante cualquiera que la contradiga con cierto grado de seriedad) odia. Bioy lo dice con abierta sinceridad: él y Borges estaban llenos de odio durante el peronismo. También –en los señorones de la oligarquía– está el asco que les produce que les solivianten a las masas. Sin embargo, aguantaron una década de grasada menemista sin chistar. Porque la juntaban con pala. El bolsillo manda.
Con los escritores de la burguesía que toman –desde su originaria libertad– partido por el proletariado empiezan a aparecer algunos textos en que los castigados son los poseedores. No sabría decir si “Casa tomada” de Cortázar es uno de ellos. El autor no había tomado partido por casi nada cuando lo escribió. Más claro –o demasiado claro– resulta “Cabecita negra” de Rozenmacher, que cita “Casa tomada” como antecedente de su texto, como si el mismo viniera a resignificar al de Cortázar. Aquí el agredido es un señor de clase media en ascenso y los que castigan un policía y una prostituta, si es que eso son. Se trata de un texto de 1961, se convirtió en un best seller y fue acremente reseñado por la revista Sur, que lo consideró peronista. Peronista o no, Rozenmacher nunca lo fue, aunque murió, desdichadamente, muy joven y muy absurdamente, el cuento toma partido por los morochos (o los cabecitas negras) y trata con desdén al protagonista, al que no deja de llamar “señor Lanari”, como hacen los malos polemistas con sus rivales. Importa su texto final porque refleja el odio de ese señor de clase media que ha sido injuriado por dos “negros de mierda”, según el eterno vocabulario clasemediero. “La chusma”, dijo para tranquilizarse, “hay que aplastarlos, aplastarlos (...) La fuerza pública (...) tenemos toda la fuerza pública y el ejército”. Sintió que odiaba... Y Rozenmacher, según los tiempos, termina con unas líneas amenazantes para los poseedores y esperanzadas para los negros: “Y de pronto el señor Lanari supo que desde entonces jamás estaría seguro de nada”. Más exactamente: las clases bajas y todos los que unieron su praxis política e ideológica a ese destino, lejos de estar tranquilos, sufrieron las salvajes persecuciones de las fuerzas que el señor Lanari invocaba para vivir tranquilo.
El texto que con mayor impiedad exhibe el padecimiento del proletario ante los niños de la oligarquía es “El niño proletario” de Osvaldo Lamborghini. Es posible, a causa de esa impiedad, que sea el más actual de todos. Lamborghini es un escritor difícil de leer. Puedo compartir las afirmaciones que Germán García ha hecho sobre el autor: “Burgués asustado”, etc. Pero, como él, no me quedo tranquilo. Siempre siento que he sido injusto. Que Lamborghini es más que un escritor que quiere horrorizar a sus lectores de clase media, ya que no hay otros. De todos modos, “El niño proletario”, si bien narra el padecimiento extremo de ese personaje, es precisamente, casi imposible de leer. Sobre todo por los propios proletarios. Hice la prueba, lo juro. Y siempre terminaron puteándome. Y que les leyera otra cosa, qué joder. Ignoro si “El Matadero” provocó en su tiempo lo que texto de Lamborghini provoca hoy. Llevamos cuarenta años de su aparición y aún es ilegible para los lectores masivos. Para los que, de todos modos, no lo escribió Lamborghini. ¿Es un gran cuento? Creo que no. Es valioso, sin duda. Pero es una explosión de los conflictos internos del autor. Que los haya unido a los del proletariado es un hallazgo excepcional. Paco Jaumandreu, en el film Eva Perón, le dice a ella, que se muere de cáncer en pocos días: “Señora, en este país de machos, ser pobre, ser puto y ser Eva Perón es la misma cosa” (Eva Perón, film dirigido por Juan Carlos Desanzo protagonizado por Esther Goris y con guión mío). El texto que he citado encabeza los panfletos o textos de la agrupación Putos Peronistas, que, dicen, se llaman así, porque “gay es de garcas”.



“Señora, en este país de machos, ser pobre, ser puto y ser Eva Perón es la misma cosa”

sábado, 19 de abril de 2014

La Luna Tiene Pelo

La Luna tiene pelo, ¡Cómo no me di cuenta antes!
¿Será que es morocho como el color del cielo?
Oscuro, pero brillante. Lacio y de un largo inconmensurable.
Lleva por adornos varías estrellas fugaces, estrellas comunes, y también algunas apagadas. Pero eso no quita que ella siempre este arreglada.
Hay días de mucho viento, en que su pelo se arremolina y le tapa la cara. Es por eso que algunas veces vemos de ella, un poquito, o casi nada.
Ahora que ya algunos sabemos de este hallazgo nuevo, porque no hacemos otro, y buscamos el famoso pelo al huevo.

sábado, 29 de marzo de 2014

La criminalización de la pobreza es una herencia densa, arraigada, que sobrevive a medida que el sistema crece como un león inescrupuloso que se come nuestra esencia, sin que reparemos en ello.
Pasan los años, los siglos, y la historia en sus diferentes versiones demuestra la brutalidad y la mano de hierro que se tiene para con el pobre y nunca para con el poderoso.
Somos mucho más contemplativos u olvidadizos para con los poderosos que para con los pobres.
Claro, para ellos no tenemos ni la más mínima cordura, ni contemplación.
Y me pregunto y me sigo preguntando por qué??
La selva nos da toda la evidencia de que se juega a la hora de criminalizar a un pobre. Y es el vil tamaño, el miedo irreal que nos produce el pobre.
El pobre busca asesinar, no por mera diversión o inconsciencia, sino que, busca asesinar para tener lo mismo que tiene el poderoso.
Salvo que, al poderoso se lo otorga su imagen, el dinero, las leyes, la sociedad. Todo ese poder que tiene es legitimo y es reconocido, en cambio, al pobre ese poder lo oprime, lo expulsa, lo deja a un lado, le saca la vida.
Por eso cuando escuchamos ningún pibe nace chorro. Es verdad, la sociedad le morfa la esencia, su familia le muestra un juego perverso, y el ser de ese tipo queda totalmente a manos de un demonio inescrupuloso que se le mete en la cabeza.
Así que como escuche alguna vez por ahí, no le tengo miedo a la muerte, pero si a la crueldad.
Seamos más inocentes y menos crueles. Cortemos esta cadena y herencia de crueldad.
Por Favor.

domingo, 16 de marzo de 2014

Meta próxima ser sincera lo más que se pueda.

No dejar por decir, sentir nada, empezar a vivir la vida y transitarla de un modo que acerque a la felicidad.

Próximo mandamiento en mi biblia personal, "No careteareis ninguna situación, ni te fumareis a ninguna persona más en tu vida".


sábado, 15 de marzo de 2014

Se recurría hasta su llegada a este mundo, a la imaginación de lo anterior, a la cultura vieja, Nadie sospechaba que su ingenio podría deshacer todo eso y derribar lo viejo para trazar así un nuevo y gran horizonte.
Uno solo, o muchos junto a él, reflejarían exactamente la línea sin tiempo. Claro la línea esa estrecha línea.
Ya no del tiempo, ya no de nadie. Libre como lo que no se acostumbraba a sentir-decir, hasta allí.
Caminaba por una nieve inmoral su personaje, vestido a penas de lo conocido, y desconocido a ese momento.
Audaz, inmejorablemente audaz, lo que lo llevo a morder el plomo de los pérfidos.
De esos tipos que venían a derretir y a desmalezar todo ese paisaje revolucionario que crecía por estos sitios, sin barreras.
Tuvo que pasar ese destiempo, esa falta de organización. Tuvo que recuperarse esa audacia perdida, tuvieron que algunos atreverse de nuevo, para que hoy lo vuelva algún pibe a saborear sin miedo, sin arrebatos, sin muertes.
Solo con vida, con respeto y leyéndolo, disfrutándolo como solo lo que era. Un artista, dibujante, escritor y sumamente un flaco audaz.

Te amamos. Eternautamente entre nosotros.

domingo, 9 de marzo de 2014


Las palabras, el dominio de pronunciarlas, es tan pleno, tan absoluto, tan propio, tan basto. Qué nos convierte en propietarios y tiranos de ellas mismas.
Pero su alcance es plenamente libertario, es ¡tan infinito! Lo que hace que nunca lleguemos a ver del todo su recorrido, ni sospechar en que lugar definitivamente encuentre su significado.
Hay personas con sus aguas cristalinas, las que nos muestran de forma sincera ese alcance invisible, ese alcance y significado inmensurable.
De esas personas son de las que nos debemos dejar llenar. De las que realmente aprenderemos que se puede construir un significado no solo ya, sino plural.
Por eso, sigamos encontrándonos con caudales cristalinos para cada cual.

sábado, 8 de marzo de 2014

Más abuela de la nada que nunca

Necesito contarte
que sos tan importante para mí
no soporto este agujero
y lo llevo de sombrero, no, no.

sábado, 22 de febrero de 2014

El día que estoy aquí­, ese amanecer, es dónde querer.
Y mirar tus ojos en naves
viajando hacia mí...


Gracias por esta y tantas otras magias.

martes, 11 de febrero de 2014

El bien y el mal definen por penal

No hay sistema hoy que abarque y sacie las necesidades innecesarias de tanta marioneta personal.
Aferrados todos a nuestros bienes, pocos o muchos ellos, pero bien ajustados a todos ellos.
Hasta las palabras fueron elegidas con un porque...No se dice tener objetos, elementos, cosas...Sino un patrimonio, un bien. Estar bien económicamente...Ese es el bien en este sistema disparatado, que le dice mal a lo que sale de su norma.
Y las películas nórdicas nos demuestran que el bien siempre le gana al mal.
Siempre el bien matando, justificadamente, y el mal muriendo para que los aplausos y el alivio llegue desde las plateas y mucho más de los palcos. Pero en la popular todo es muy distinto.
Gana el bien, ganan los que tienen la mayoría de los bienes, las gentes bien. Pero que todos en el fondo sabemos cuan miserables son. Aunque no interese mucho a la hora de continuar esta historieta.
No me quiero sumar a hacer el bien socialmente visto.
Porque de qué bien hablamos? El bien que está bien, o el bien que hace bien??
Las preguntas, algunas, nos sacan las confusiones y los pozos oscuros, que esa gente bien oscura nos quiere vender.

domingo, 2 de febrero de 2014

Lo oscuro en la claridad del imperio

Por José Pablo Feinmann
Entre 1875 y 1914, el imperio británico vive sus tiempos más belicosos y triunfales. Es lo que Eric Hobsbawm llama La Era del Imperio. Es el tiempo de las luces. Inglaterra tiene la certeza de llevar a los territorios que conquista, que somete, los valores de la civilización burguesa, el más alto escalón de la historia, que ella, precisamente, encarna. Pocas veces, desde los territorios de la subalternidad, se hace el ejercicio de ponerse en el punto de vista del Amo. Ni Disraeli, ni Gladstone, ni la reina Victoria, ni Kipling sentían estar avasallando países, quitándoles su soberanía o su sentido del honor. Al contrario, les estaban entregando un sentido digno de la vida. Los estaban integrando al sentido del honor del imperio. Les estaban regalando –con una generosidad que dudaban los otros merecieran– la cultura, el progreso, la civilización. Los ingleses, fieles a su pragmatismo, no utilizaban gastados términos como “las luces de la razón”, surgidos de la Revolución Francesa, que ellos detestaban. Pero el concepto de imperialismo-luz de una civilización que iluminaba territorios oscuros, dejados de lado por la mano de la historia, es inescindible de la idea que el imperialismo tiene de sí.
Decimos esto porque hay un lado oscuro en el vasto y aprisionante desarrollo de la historia de fin del siglo XIX que nos sería imposible comprender sin hacerlo. En tanto el imperio llevaba la luz de la civilización hacia los territorios oscuros, en su propio corazón, en su centralidad, latía lo oscuro, una cultura de la muerte, del pecado y la sangre. Todos han oído hablar de Jack the Ripper (ripper=destripador), pero acaso han omitido ubicarlo en este contexto (el de la era del imperialismo). Los crímenes (célebres) de Jack se cometieron en el distrito de Whitechapel. Esto ya era un problema para la corona, que deseaba mantener a Whitechapel en la oscuridad, ocultarla. Ahí no habían llegado los valores del imperio. Era una zona aún más temible que los peligrosos parajes de los territorios coloniales. Era, también, una deshonra para el imperio. Zona de tabernas de mala vida, de borrachos, de tahúres y prostitutas. Acaso sea posible (y lo es) que la reina y sus ministros decidieran que –aun dentro del territorio racional del imperio– debía existir una zona para que los hombres desfogaran sus pasiones más primitivas. Siempre habrá borrachos, siempre habrá tahúres, siempre habrá solitarios que busquen refugio en el triste regazo de una mujer licenciosa. Ahí estaba, entonces, Whitechapel.
Jack comete sus tropelías macabras entre agosto y noviembre de 1888, plena época de gloria del imperialismo. Mata, cuanto menos, cinco mujeres. Pero lo que hace que sus crímenes sean inolvidables es su metodología, el modo en que los lleva integralmente a cabo. Jack es llamado the ripper (o el deconstructor, también podría decirse) porque trizaba prolijamente a sus víctimas. El deconstructor deconstruye un texto en busca de su conocimiento. Jack conocía los cuerpos humanos. Era médico. Esta era la más plena certeza a que llegó la policía basándose en la precisión de los cortes.
Será apenas dos años antes del inicio de los crímenes de Jack the Ripper, cuando Robert Louis Stevenson, un distinguido escritor del imperio, publica la que será (junto con La isla del tesoro) su más célebre novela: El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde. Jekyll y Mr. Hyde. Pareciera esquemático el encuadre de Stevenson. Jekyll es la ciencia, es el Bien. Hasta tal punto lo es, que lo atormenta la existencia del Mal. Busca una fórmula para extirparlo del alma humana. Sólo consigue corporizar a su enemigo en su forma más pura: Mr. Hyde. Si la novela se remitiera a plantear una situación moral binaria no sería lo que es. Pero si nos detenemos en el nombre que Stevenson eligió para la contracara de Jekyll veremos que refiere a la palabra inglesa hidden. Que significa, con excepcional precisión, escondido. En suma: el Mal está escondido en la conciencia del hombre. El Mal está escondido en la conciencia del imperio. Jekyll y Hyde son las dos caras de una misma persona: Jekyll. Aun cuando Jekyll es Jekyll, es Hyde.
Jack the Ripper (esta es la mejor y más coherente teoría que conozco, pues se han hecho demasiadas) era el médico de la reina Victoria, cuyo nieto había contraído sífilis en los territorios subalternos de Whitechapel. Muere sin que el médico de la Corte pueda salvarlo, éste, por consiguiente, decide acometer su venganza. Se transforma en Jack the Ripper. Un hombre de luces, un hombre de ciencia, un hombre que ha estudiado para salvar vidas, se hunde en los territorios del pecado en busca del castigo. Si no lo atrapan nunca será porque es un eminente hombre de la monarquía del imperio. La policía habrá de declarar que siempre supo quién era Jack, pero no podía detenerlo. Algo que revela su sometimiento a la corona.
En 1887, Arthur Conan Doyle publica la primera novela de Sherlock Holmes: A Study in Scarlet (Estudio en Escarlata). La cercanía de las fechas es notable. Holmes es el imperio. Holmes es la racionalidad occidental en su formulación positivista. Es la antítesis del lado oscuro de la era victoriana, Whitechapel. Es lo Otro de Jack the Ripper y Mr. Hyde. Sin embargo, Conan Doyle tuvo la sagacidad de insinuarnos que dentro de Holmes latía un monstruo. ¿Por qué si no se inyectaba morfina? ¿Qué sofocaba la morfina en Holmes? ¿Su aburrimiento en épocas sin trabajo? ¿O cosas peores que el tedio suele despertar? ¿Es el profesor Moriarty su antítesis? No. Pero esto es demasiado evidente en las novelas y los cuentos de Holmes. Conan Doyle sabía que su genial detective necesitaba un rival de su altura. Así, crea a Moriarty: un Holmes del Mal. No en vano mueren juntos, abrazados, cayendo al abismo. Lo mismo podría haber ocurrido con Jekyll y Hyde.
En 1897, el irlandés Bram Stoker cede a la imprenta una novela sobre un conde vampiro. Es Drácula. Lo integraremos necesariamente a este análisis del mundo oscuro. El vampiro –como el Ave de Minerva de Hegel, que es la filosofía– levanta su vuelo al anochecer. Dejaremos esta relación entre vampirismo y filosofía a otros. No puedo tratarla aquí. Pero Stoker, con ella, introduce un punto de vista fascinante: la filosofía comparte el elemento (palabra amada por Hegel) en que vive (la noche) con el vampirismo. La luz de la razón sólo puede vivir bajo las sombras. Hegel quería decir otra cosa: la filosofía sólo puede pensar después de los hechos. Pero, ¿pensó que al mencionar las palabras ave y anochecer se acercaba peligrosamente al mundo del vampirismo, que es el del Mal?
¿Por qué aparece Drácula en el mundo victoriano, en plena época del imperio? Porque el imperio es vampírico. Vive de la sangre de los otros. Llegamos así al centro candente de la cuestión. Jack the Ripper, Mr. Hyde, Moriarty (pese a su inteligencia), Drácula, pertenecen al mundo de la centralidad, dan testimonio de lo oscuro en el corazón de las luces. Pero los soldados de la colonización superaron de modo incalculable los crímenes de todos ellos. Mataron a miles, decenas de miles, centenas de miles de seres humanos. Y crearon una civilización que –lejos de ser la de las luces– es la del apocalipsis. Escribe Hobsbawm: “Aunque el progreso del siglo XX es innegable (no lo es, la cuestión es por completo discutible, JPF), las predicciones no apuntan hacia una evolución positiva continuada, sino a la posibilidad, e incluso la inminencia, de una catástrofe (...) La experiencia de nuestro siglo nos ha enseñado a vivir en la experiencia del apocalipsis” (Hobsbawm, La Era del Imperio, 1874-1914, Crítica, Barcelona, 1001, 2012). Somos, todos nosotros, prostitutas de Whitechapel. Y el capitalismo es un trágico burdel en que los gerentes y los dueños reptan por el suelo arañando hasta el último dólar con tal de enfrentar el apocalipsis como lo que son: millonarios, hombres del progreso, de las luces, de la civilización.
Nota: Este texto está dedicado a Eduardo Grüner, a quien hace mucho que no veo, pero cuyo libro La oscuridad y las luces será siempre esencial en estas cuestiones, que son las nuestras, suramericanos.

jueves, 30 de enero de 2014

Encontrarse en un mundo de capitales y cuerpos capitalizados es diferente para mi. Tengo en la piel algo muy sencillo, y parece que no alcanza. El blanco y flaco delirio que contagio el europeo, y las ideas e inconciente de un nativo.
Y ese menjunge, esa mezcla sin sabor, que te demuestra tranquilidad, al llegar al fondo es toda alegría.
Al mar y al mundo, todo es absurdo, tal vez desear deseos sea muy humano. Yo mientras tanto sigo buscando en el pueblo.

domingo, 19 de enero de 2014

miércoles, 8 de enero de 2014

De que sirve un cuerpo que no encuentra el cariño del otro?
Cuanto más tiempo pasa uno con uno mismo, más jodida es la vuelta a la esquina.
Y encima sumado a la burla del defecto, todo se torna un asqueroso barro mental.
Quizás están los bellos disfrutando de todo, sobre el cadaver de nuestra insufrible fealdad. Y trasca los escuchar predigar la igualdad. Pero la diferencia te la marcan, en cada chiste, en cada desencuentro.
Ya adivino que el mundo es de los bellos, jovenes y los inescrupulosos. Todo lo demás es pura mierda.

sábado, 4 de enero de 2014

Viejas Locas - Todo termino



Y es así hermanito querido al que no le gusta lo que digo que se vaya a cagar, si que se vaya a cagar...Todo termino, tan irremediables somos los adultos???