domingo, 30 de enero de 2011

INSENSIBLE (con orgullo y osadia)

Cuánto menos siento, más pienso.
Menos miedo recreo, menos cultura obtengo.
Soy una vieja guardia abarrotada de desdichas,
pero sin más, con todo ese bagaje igual sonrío.
Tengo temor de no hacer lo de otros,
o de repetirlo todo el tiempo.
Soy una estupidez más que provocó la hamburguesía,
que me dejo bien plantada, serena e ingrata en la vía.
No le escribo a la mierda, ni al amor, ni a la sangre,
allí en la vida se desata este poema cotidiano.
Estan las palabras demasiado tiempo en nosotros,
como para que me sienta parte de una literatura.
Pero austera de exitos, desensibilizada, así pienso en el bien,
siento que el bien invade cada tramo de los pies.
Se esta gestando adentro en mí ese bien.
saldrá en unos meses.
Y eso distinto y tan igual a mi, me pondrá en las lagrimas lindas.
En que esto es todo delirante y nada tiene un verdadero sentido.

sábado, 8 de enero de 2011

FE DE HUMANOS

Me saque la perfección de golpe, y me hice mejor.
Porque descubrí, ¡vaya descubrimiento!
Que lo perfecto no es amigo de lo bueno y lo honesto.
Que aquél que nos hizó perfecto hoy es un mal recuerdo.
Así es una rueda la desilución, que te hace sentir como un hanster desequilibrado, buscando que la energía mentirosa se termine por convertir en verdad.
Yace todavía en la cruz secretos inhumanos, que buscaron la obstinidad de cinco terribles, detrás de tunicas de paciencia, que temían por su imperio nomás.
Pero habrá en todo aquello mensajes, que con pequeñas figuras hicieron grandes obras. Y con pequeñas manos se labró algo mejor, un mundo sin perfectos, el sincero amor.
Entonces entendes, que la fe no es asunto de zonzos sino de humanos, que lo distingue todo aquello de lo animal.
Si nunca un perro mira el cielo.

BLUESENCIA

Nació esclavo y oscuro, en algún basural.
Es el hijo no reconocido y auténtico.
Se puso pilcha más costoza que su padre. Ese viejo intrepido que lloraba y cantaba.
El panito, el saxo, la viola. La onda tugurio de pocos.
Se dió a conocer y tuvo más éxito que aquella clandestinidad original.
Y ahora lo tiene todo buen comprador.
En las bateas lo ves, desfigurado con lenguas apócrifas, con flequillos sacrilégicos.
Como un estándar pasó a la industria de las chucherias.
Ahora es rock, ayer fue blues,
Ahora es shock, ayer fue luz.
Lo danzan con son, con dolor, con amor.
Está en vos, está en mi, en todos si somos hermanos.
Pero nada le saca su estirpe, su condición.
De esclavos felices enfrentando la vida.
De esclavos que sintierón su ser.
De esclavos que forjarón un arte trascendente.
Como una filosofía llevada a la canción.
Un pentagrama que dibujaba sus vidas.
Perfectamente diseñado para que vos hoy no pares de cantar.

INTER CHARLAS

Hola, ¿sabes cuánto te necesito? Y miras desafiante después de ese pensamiento.
Decis blasfemias, arrojando un jarrón de ironías.
Es así que el interior se comunica solo para vos. Dulcemente, sonoramente.
Y se desintegra al llegar a tu garganta, convirtiéndose en un asco tu imagen.
Muchas charlas internas son buenas, y se desfiguran en la voz.
Porque la coherencia es de pocos. La coherencia de interior-exterior es de valientes.
Y ¿cuánta charla tenes sin demostrar?
Y ¿cuánta charla callas?
Y ¿cuánta charla decís?
Y ¿cuánta es pura mentira?
Las palabras dichas muchas veces son desdichas, porque no privilegían la verdad del corazón, no privilegian lo natural de vos.
Privilegian toda la condición que sobrevuela en tapas de diarios, en las miradas de otros, en los enemigos, y en los amigos.
Y te dejan desnaturalizado, inhumano, impuesto, sometido, hablado por esos otros.
¿Qué dirás entonces, para salir de esta inautenticidad?
Eso no es asunto tuyo, lo charlo con mi interior.