domingo, 11 de septiembre de 2011

No se puede comprar lo que vale.

Nos vendieron el romance a tal punto, que es hermoso ignorar al ignorado.
Nos vendieron el prejuicio a tal punto, que puto y negro son palabras de cariño.
Nos vendieron la alegría a tal punto, que un culo en movimiento vale más que una sonrisa.
Nos vendieron la libertad a tal punto, que el mercado decide quien vive y quien se muere.
Nos vendieron la de la patria a tal punto, que el bolita, el peruca y el paragua son despreciables.
Nos vendieron la del desarrollo a tal punto, que el sur se lo vendimos hasta un yanqui transeunte.
Nos vendieron la de tiras la semillita y todo crece, que dejamos cerrar miles de fábricas.
Pero cuando advertiremos que en las generalidades, en las frases hechas hay una sincronización de cabezas en si, y miles de cerebros sin reflexión.
Que todo eso es alboroto y pasajero, que lo interesante no esta en las palabras sino en los ejemplos, en los hechos y en las letras y libros que aún no se han vendido.

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