domingo, 9 de marzo de 2014


Las palabras, el dominio de pronunciarlas, es tan pleno, tan absoluto, tan propio, tan basto. Qué nos convierte en propietarios y tiranos de ellas mismas.
Pero su alcance es plenamente libertario, es ¡tan infinito! Lo que hace que nunca lleguemos a ver del todo su recorrido, ni sospechar en que lugar definitivamente encuentre su significado.
Hay personas con sus aguas cristalinas, las que nos muestran de forma sincera ese alcance invisible, ese alcance y significado inmensurable.
De esas personas son de las que nos debemos dejar llenar. De las que realmente aprenderemos que se puede construir un significado no solo ya, sino plural.
Por eso, sigamos encontrándonos con caudales cristalinos para cada cual.

No hay comentarios:

Publicar un comentario