lunes, 17 de diciembre de 2012

Vuelvo a la Luna

Me acuerdo que cuando era pequeña me interesaba mucho el misterio que escondía la Luna. La pensaba como al hogar de mis seres queridos que ya no estaban conmigo. En realidad, en ese momento pensaba que mi abuelo, a quién no conocí dormia allí dentro. Con la incomodidad que eso le generaba seguramente, encojerse para entrar en una media Luna. Ya que siempre tenía la mala suerte de contemplarla, cuando la  se veía de manera incompleta. Así comenzaban las noches y las preguntas interiores.
Hoy ya no me pregunto a cerca de casi nada, pienso saber muchas cosas. Pero cuando me quedo sola, conmigo, mi respiración, con ese mundo tan pequeño que soy yo. Me doy cuenta que vacía esta el alma de alguien que solo trabaja, consume y mal gasta la vida en ahorrar, en recuperarse de noche y seguir avalando esta maquinaria. Que ayer quedo demostrado que nada vale alimentarla.
Tendremos que volver a los pensamientos de la niñez, pero mejorandolos con lo que adquirimos, mejorarlos, ponerle palabras que ahora conocemos. Generar que el conocimiento se vuelva vuelo, y ya no un enorme bagaje que a la hora de morir sea olvido.
El amor quizás sea un buen punto de comienzo.

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