domingo, 16 de septiembre de 2012

La esperanza dejo de ser algo que utilice sin motivos. La guardo para cuando la vida la sugiera.
Ya no tengo vida más allá, tengo acá, la lucha, la vida, la pasión.
El mundo se hace un hoy super palpable. Super presente.
Esquivando el mal momento, hago de todo algo bueno. Curo heridas que traigo por el pasado.
Ya no a la manera que surge, sino con la profundidad de una cura a sabiendas.
Seguir porque si no es tan la mía, seguir convencida aunque haya algo que reparar. Aunque queden cosas sin ordenar.
Seguir por todo lo que queda, por todo lo que está. La vida hoy es vida, y ya no un tango de Lepera.
La cruz de un Jesús que ardonaron un par de homicidas, ya no me da vertigo. Me da luz y energía para construir casas, y  no cruces.
Y así vamos arriesgandonos con cada día, despertandonos en cada latido, en cada cosa que hacemos. En cada vida, en cada lugar. Sin vos, con vos, entre todos.
Parados junto a aquellos que nos buscan mejorar, que nos saca todo el caudal de amor interno. Sin esos, sin ese gran empuje, a dónde vayamos será perdida...Con ellos hasta el final.

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