sábado, 11 de agosto de 2012

"Furioso petalo de sal, la misma calle, el mismo bar. Nada te importa en la ciudad si nadie espera"

Que ciudad tan grande, llena de hostilidad, de racismo, de desencuentros. Una ciudad que hace añicos los sentimientos.
Que le pone semaforos a los sentimientos, que le da bache al dolor, y que somete al pulmon un caño sin escape.
No deja nada libre, ni la imaginación, ni el pensar. Cada cartel es un decir, un hacer, un someterse.
Miente con lo cultura, aligera el sufrir. Solo es arte condenasado por algun trucho.
El arte no vive acá, aunque muchos quisieran, o simplemente lo sigan buscando.
En un mar todo es más natural.  Allí las mareas no mienten, la sal es sal, y no es petalo, no es algo sutil.
Te frunce la cara, te corta los labios, y te llena los ojos de lagrimas.
El mar siempre enseña algo, aunque se vaya, siempre vuelve.

MIENTRAS MIRO LAS NUEVAS OLAS, YO YA SOY PARTE DEL MAR, YO YA SOY PARTE DEL MAR...(Si lo dijo el maestro, ya está).

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