sábado, 12 de mayo de 2012


Juntarse
Los vínculos se riegan con la presencia. Las ausencias van dejando sombras irrompibles.
Cada día de tu vida te convierte en alguien diferente al ayer.
Si me pierdo verte un día, dos, o tres, ya la próxima veré una parte muy distinta al que fuiste. Y notare el cambio de golpe, y quizás me alegre o me desilusione, según esa novedad que hay en vos o en mí.
El molinete del tiempo, que va dejando pasar gente, e incorpora cada vez a menos. Pero muy valiosa. Bah, uno siempre tiende a pensar que todo el que llega vale la pena. Y el que se va, casi nunca deja una buena sensación en nosotros.
Precisamente por esa ausencia que duele, que desfigura a la persona. La convierte en lo ajeno, lo desconocido, lo inmanejable.
A cuanta gente extrañamos, a cuanta la tenemos a mano y ni siquiera somos capaces de decirle, che sabes que me hace bien verte.
Así vamos por la vida, perdiéndonos a nosotros mismos. A los que queremos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario