viernes, 8 de junio de 2012

Ayer me sentí sola. No tenía a los míos bancandome, a nadie que se solidarice con lo que pasaba allá afuera.

Ayer mancharon la plaza de miseria humana, de mierda burguesa por todos lados..

Dejaron olor a perfumes importados por toda la plaza...Esa plaza de aroma a Azucena, ayer se lleno de olor a mierda.

Los zurdos de mierda, estabamos llorando, estabamos abranzando a nuestros hermanos desaparecidos, a nuestras abuelas y madres, protegiéndolas de la decidía que ocasionaron estos mercenarios.

Pero sigo aún a hoy, sin poder sacarme la suciedad que generaron.

Me duele que 30.000 muertes hayan sido un alivio para una parte de la sociedad, me duele que 30.000 muertes sean hoy alegría de pocos.

Me duele que por una moneda idiota estemos diciendo que odiamos a alguien que quiso mejorar la cosa, que confundida o no, mejoro notablemente la cosa.

Que le puso voz a los que no tenían derechos, que genero respeto en nuestro pasado olvidado.

Estos tienen miedo de que esto sea Cuba, de que sea Venezuela, o la Bolivia de Evo...Tienen miedo de perder lo poco que tienen, que por suerte es solo material...Porque no les queda más que sus lujos, casas y autos poderosos.

Me quede sola, pero me abrazaron  ellos. Los 30.000 y los que nadie escucha. Con ellos siempre, recordando que la vida sigue a pesar de 2.000 turros.

Espíritu setentista vuelve hoy...Te pido que no me sueltes, que no termines esta primavera...Este amor popular...Y que sigan resistiéndose a sentirse bien los que quieran...

Pero el amor es más fuerte...

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