sábado, 8 de enero de 2011

BLUESENCIA

Nació esclavo y oscuro, en algún basural.
Es el hijo no reconocido y auténtico.
Se puso pilcha más costoza que su padre. Ese viejo intrepido que lloraba y cantaba.
El panito, el saxo, la viola. La onda tugurio de pocos.
Se dió a conocer y tuvo más éxito que aquella clandestinidad original.
Y ahora lo tiene todo buen comprador.
En las bateas lo ves, desfigurado con lenguas apócrifas, con flequillos sacrilégicos.
Como un estándar pasó a la industria de las chucherias.
Ahora es rock, ayer fue blues,
Ahora es shock, ayer fue luz.
Lo danzan con son, con dolor, con amor.
Está en vos, está en mi, en todos si somos hermanos.
Pero nada le saca su estirpe, su condición.
De esclavos felices enfrentando la vida.
De esclavos que sintierón su ser.
De esclavos que forjarón un arte trascendente.
Como una filosofía llevada a la canción.
Un pentagrama que dibujaba sus vidas.
Perfectamente diseñado para que vos hoy no pares de cantar.

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