domingo, 18 de octubre de 2015

Mal pronunciado

Luego de las lagrimas de lo hostil llego el dibujo, el hombre de los cuadros. Un Salvador Dali, Salvándome de la desgracia de los feos y obstinados errores.
Peligrando nuevamente, en un terreno lleno de minas, dónde cualquier pisada termina con el ánimo.
Mi alma siempre entre sombras.
Ya se ve el sol caer, y sale la noche a cubrir todo de negro, desnivelando más y más ese extremo propio.
Por suerte quedan los regalos de la vida, la sonrisa de un hombrecito especial, el abrazo y la palabra amiga.
Recuperándome para volver a iniciar eso que tanto invento tiene, y tanta jaula le han hecho, y lo pronuncian amor.

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